Don Carlos

Don Carlos en el Museo de la Casa de la Independencia

Biografía

Carlos Alberto Pusineri Scala fue un distinguido arqueólogo y catedrático paraguayo. Nació el 29 de noviembre de 1919 en Asunción, hijo de Claudio Pusineri y de Adelina Scala. Su educación incluyó estudios primarios en la Escuela Normal y el Colegio Italiano, mientras que obtuvo su bachillerato en el Colegio San José y se graduó como contador público en el Colegio Fulgencio Yegros.

Realizó cursos de Antropología en la Facultad de Filosofía de la Universidad Nacional de Asunción, y se especializó en Arqueología y Numismática. Durante su carrera llevó a cabo investigaciones arqueológicas de gran importancia en Paraguay, lo que le permitió construir una valiosa colección de objetos históricos y piezas arqueológicas.

Además de su trabajo como arqueólogo, ocupó el cargo de director del Museo «Casa de la Independencia» por 41 años, institución a la que dedicó gran parte de los esfuerzos de su vida y también dirigió el Museo del Colegio Nacional de la Capital. También se desempeñó como catedrático universitario y de la Academia Diplomática y Consular, que es parte del Ministerio de Relaciones Exteriores.

Don Carlos fue miembro destacado de varias instituciones culturales y científicas en el país, como la Academia Paraguaya de la Historia, la Academia de la Lengua y Cultura Guaraní, el Instituto de Numismática y Antigüedades del Paraguay, la Sociedad Científica del Paraguay y la Sociedad Indigenista del Paraguay, entre otras.

A lo largo de su carrera publicó libros y folletos de carácter histórico y científico, como: Billetes del Paraguay, El fuerte de San Carlos del Apa, Historia de la moneda paraguaya – Siglos XVI al XIX, y Los ministros de Hacienda del Paraguay. Escribió también más de cien trabajos, conferencias y folletos sobre diversos temas.

Por su destacada labor científica, recibió importantes distinciones y condecoraciones a lo largo de su vida, incluyendo la medalla del Instituto de Historia y Museo Militar del Ministerio de Defensa, la medalla Honor al Mérito del Ministerio de Defensa Nacional, y la condecoración de la Orden Nacional del Mérito en el Grado de Comendador, entre otras.

Además de su contribución a la investigación científica y la cultura, don Carlos representó al Paraguay en congresos y conferencias internacionales y acumuló una impresionante biblioteca especializada en historia, numismática y antropología, así como una colección de periódicos paraguayos, monedas, medallas, billetes y armas de gran valor histórico y cultural.

La idea no muere

La frase «La idea no muere» de don Carlos nos recuerda que las ideas son inmunes al paso del tiempo y a las circunstancias. A lo largo de los años vemos cómo las ideas pueden evolucionar, adaptarse y transformarse, pero rara vez desaparecen por completo. Incluso cuando una idea parece haber sido olvidada o suprimida, puede resurgir en un momento o contexto diferente.

Esta frase nos invita a valorar y respetar el poder de las ideas como motores de cambio y crecimiento. Nos recuerda que ellas pueden trascender generaciones y fronteras, y que su influencia puede subsistir incluso después de que sus creadores originales hayan desaparecido.

Don Carlos fumando su tradicional pipa, en Buenos Aires, Argentina. Fotografía tomada por su primo, el “tío Nene”

Don Carlos, Su amiguito y el gallo paloma

Don Carlos era un hombre cuya simplicidad trascendía las barreras del tiempo. Su sentido del humor y su habilidad para contar historias encarnaban la riqueza de la tradición oral. En sus narraciones, las viejas historias se entrelazaban con la vida moderna, tejiendo un tapiz de memorias.

En un mundo globalizado, donde las culturas a menudo luchan por preservar su identidad, don Carlos nos recordaba que las historias son un puente entre el pasado y el presente. Sus cuentos no solo entretenían, sino que también transmitían valores, conocimientos y sabiduría ancestral.

Su habilidad para hacer reír trascendía fronteras y nos recuerda que el humor es un lenguaje universal que acerca a las personas en la diversidad. En su vida, vimos cómo la tradición oral y la comunicación compartida son elementos esenciales para la comprensión y el respeto intercultural.

Hoy reflexionamos sobre el legado de don Carlos, un hombre que demostró que las historias son puentes entre culturas, que la risa es un vínculo humano fundamental y que el entendimiento comienza cuando se conservan el corazón y la mente abiertos.

Su colección y su familia

La colección de don Carlos es un viaje asombroso que refleja su incansable labor en términos de preservación de la historia y el arte paraguayo. Cada pieza en dicho acervo es un fragmento de la narrativa cultural del Paraguay, un testimonio tangible de la diversidad y la evolución de esta tierra.

Sin embargo, detrás de cada pieza hay una historia más profunda, la importancia del trabajo de su familia en el acompañamiento y la preservación de su legado. La familia de don Carlos ha desempeñado un papel crucial en su dedicación a esta colección. Han compartido su pasión, han contribuido con su apoyo y han sido compañeros en este viaje en la exploración de la historia y la cultura.

Don Carlos y Lilia Nimia De Madariaga con sus hijas e hijos en la inauguración de las reformas del Museo de la Fundación Carlos Pusineri Scala - Junio de 2002